Es un gusto volver al blog después de algún tiempo. Gracias por acompañarme en las sesiones informativas de nuestro Curso-Taller. Pronto tendremos noticias para YouTube.
De un tiempo a acá, vender boletos se ha vuelto una tradición para las bandas emergentes, puesto que es una de las pruebas más difíciles de superar. Pasado algún tiempo, vender boletos deja de ser una actividad propia de la banda para centrarse específicamente en su presentación, concepto y performance.
Pero la venta de boletos es importante como base de negociación para llegar a espacios concretos y sobre todo representativos. El boleto representa un argumento importante, medible y visible de las capacidades de convocatoria para un concepto musical.
Evidencia para el futuro
Vivimos una era donde la tangibilidad física se ha vuelto particularmente volátil. Con ello, la credibilidad se ha ido esfumando, puesto que crear un concepto "virtual" está al alcance de unos cuantos clics y sitios de internet.
Generar likes a partir de anuncios patrocinados ha dejado de ser un referente, porque se conocen bien las estrategias para generar algoritmos de engrosamiento en percepción digital.
Por ello, los festivales han incrementado el nivel de seguridad y verificación sobre las actividades de los artistas que buscan presentarse en sus escenarios.
Por otro lado, la ética profesional, es un tema olvidado últimamente por los nuevos promotores. Es bien conocida la estrategia de pagar para quedar dentro de un festival simbólico. Y es que analizando las particularidades de cada caso, la música es un mero pretexto para convertir un recinto de gran escala, en bares y tiendas gigantescas por un par de días.
Sin embargo, se deja de medir este impacto a través del boletaje, que normalmente es una forma directa de saber porqué una banda ha tenido éxito con su audiencia.
Cambios que generan cambios
Cambios siempre se pueden realizar. Los dueños de bares y centros de espectáculos deberían comprender mejor el tipo de consumidores a los que llegan. Imprimir boletos con leyendas "Cerveza 2x1", "Cubeta gratis" o "botana incluida" no es necesariamente una estrategia de marketing.
Las bandas deben aprender a identificar quien está tras la organización de un evento. Muchas lecciones se aprenderán en el proceso, principalmente encontrar que son pocos los lugares que se preocupan por presentar un atractivo adecuado para sus consumidores.
Participar en la venta de boletaje y aprender a medirlo de forma conjunta, sienta bases reales de las estadísticas de un concepto musical. En una era tan compleja para cualquier negocio, es imposible dejar pasar la captación de estos datos, que representarán argumentos claros y directos para cualquier negociación.
Físicamente preservar el boleto, también habla de cómo una banda se ha movido, donde ha buscado sus oportunidades y que tan activamente a participado en decisiones de negocio que lo beneficien.
Conclusión
Vender boletos deja bien en claro los impactos que como propuesta se han ofrecido. Los mismos locales deberían utilizar esta estrategia para medir el éxito de los eventos organizados para generar mejores entornos que propicien el consumo en sus locales. Existe un gran desconocimiento sobre la evidencia clara y potencial que un boleto deja entrever.
Participar activamente como promotor, agente de booking, artista y dueño del local, como una integración conjunta, puede incentivar mejores oportunidades y estrategias efectivas. Las sinergias no se tratan de repartir trabajo y cobrar conjuntamente, sino de establecer verdaderas estrategias conjuntas que permitan generar una estructura de negocio más robusta en una economía donde navegar solitarios puede significar perderse en las agitadas aguas de la economía. Nos vemos mañana en la siguiente entrada... Literal...
Rafa Mendoza es analista del Music Business y escribe para Ad Libitum
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