miércoles, 22 de mayo de 2013

Audio Producción Profesional o Profesional en Audio Producción II


AUDIO PRODUCCIÓN PROFESIONAL 

O PROFESIONAL EN AUDIO PRODUCCIÓN

PARTE II

El entorno de la Audio Producción


En el post anterior mencionamos que existen 3 elementos clave para la audio producción: El espacio de trabajo, las herramientas y el factor humano.

En esta entrega analizaremos que tan importante o considerable es conocer los requerimientos mínimos para obtener una muestra de sonido que sea óptima para trabajar.

¿Cuáles son los espacios de trabajo en audio producción?

El estudio de grabación es sólo un ejemplo del entorno de trabajo para la audio producción. Cuando hablamos de tipos de producción encontraremos campos como la grabación, mezcla, masterización, sonorización, edición, pre- producción, post- producción. Sin embargo estos espacios se extienden al exterior.

Las salas de conciertos, auditorios, teatros, plazas, cabinas de radio y foros multiculturales son otros ejemplos de espacios para la audio producción. Actualmente los estadios son considerados por sus propiedades de capacidad más que por sus propiedades acústicas. En otros post evaluaremos mejor este concepto de ética en la producción de eventos.

El estudio de grabación ¿profesional?

Un estudio no se mide por la cantidad de equipo que presenta, sino por la calidad o trabajo acústico que conlleva. 

Existen bases para comprender que un medio controlado permite una mejor captación del sonido. A veces se piensa que basta con atenuar las reflexiones (reverberización) de un cuarto. 

El tamaño, altura y forma del cuarto acústico, define las posibilidades técnicas del mismo para desarrollar ciertas frecuencias de manera correcta. 

Con esto digo que no todos los cuartos son óptimos y tampoco pueden ser descartados. Simplemente, algunos cuartos sirven mejor para algunas cosas que para otras.

En el home studio, es común encontrar cuartos acústicos pequeños que a través de técnicas y conocimiento correcto del mismo, se puede obtener un buen sonido para cierto tipo de requerimientos. 

Cuando un cuarto no ha sido tratado adecuadamente, la percepción de tonalidades, texturas y claridad se ven afectadas. 

No suena como yo esperaba...

En alguna etapa o proyecto, seguramente te ha pasado que encuentras algo diferente o comparas el sonido de tu proyecto con el de un grupo musical conocido.

Aunque el sonido está ahí, puede carecer de profundidad, de brillo, de graves, de punch.... 

No todos los estudios grandes están bien acondicionados o medidos, y no todos los cuartos de control están bien estructurados. Encontrar y juzgar un estudio de grabación por su equipamiento electrónico es la falla más común a la hora de elegir un espacio de audio producción.

También es un error juzgarlo por el presupuesto. No se trata de grabar y ya, la magia del equipo lo hace todo. Cuando un cuarto acústico está afectando en el resultado, puede alterar hasta un 30 % el sonido final. Es por ello que aunque haya un estudio equipado con una consola de alto rango, el sonido final no llegue a ese punto donde puede ser manipulado.

La acústica también llega de fuera...

Algo que siempre es común pensar, es que la acústica de un estudio es malo porque nuestro instrumento suena raro o diferente a como lo escuchamos en casa. 

Y es que nuestro cerebro registra el sonido de nuestra sala de ensayo, el que hemos revisado y utilizado por 5 años para practicar el instrumento.

Juzgar un estudio de grabación por el sonido que presenta un instrumento dentro de el, no debería ser un problema. 

El problema es llevar un instrumento de baja calidad a un estudio o recinto tratado. Es común pedir al ingeniero o sonidista mejorar el sonido del instrumento con equipo de sonido. Pero lo ideal es cambiar al instrumento. 

A veces esperamos que nuestra guitarra de 70 dólares suene a la que utiliza Eric Clapton de 1200 dólares. Se puede obtener un sonido decente con la primer guitarra, pero definitivamente nunca alcanzará el grado de la última.

Esto lleva a utilizar las herramientas como compensación de un mal recinto acústico o un mal instrumento.  Actualmente se diseña más software para limpiar mejor el sonido, para corregir el cuarto acústico o mejorar la voz del cantante. 

La industria siempre responde al llamado de las necesidades, pero a cambio, abandona las prácticas y relega los conocimientos básicos a una simple descarga y algunos dólares.

Conclusión

Aunque existen formas de compensar un mal cuarto acústico o un instrumento, siempre se verá como eso; un instrumento procesado que fue grabado dentro de un mal cuarto acústico.

Si pienso grabar un demo, tal vez me sea más barato y óptimo hacerlo en la sala de la casa, el garage, la cocina o el teatro escolar. Puedo utilizar un sistema de grabación portátil de 250 dólares, un micrófono de 80 y una laptop de 400 para hacer una grabación completa y suficiente para mi objetivo.

Pero no puedo decir que es suficiente para un producto de calidad.

Cuando uno tiene hambre y no hay dinero suficiente o un restaurante a algunos metros a la redonda, lo primero que encontremos será una opción. Con el tanque lleno, puede parecer que mitigamos nuestra necesidad. Sin embargo, sabremos que una sopa maruchan no es un buen alimento y que a la larga puede producir problemas estomacales, úlceras y si no se trata, hasta cáncer de estómago.

Algunos músicos, productores, arreglistas, compositores, publicistas, mercadólogos, comunicólogos y todo aquel ligado a la audio producción, prefieren comer maruchan por la eternidad.  

Tampoco podemos decir que un cuarto bien diseñado, tiene la facultad de hacer magia. Existen disqueras, productoras, agencias publicitarias, estudios de proyectos y home studios que prometen la superioridad de calidad. Pero siempre están basados en las capacidades de las herramientas, pasando la mayor parte del día corrigiendo sus problemas de cuarto.

Hay instrumentistas que juran tener el instrumento más dócil, confiable y sonoro del mundo. Pero de un tiempo a acá, la industrialización de los productos, ha afectado el sonido de un buen instrumento. 

En resumen, todo conlleva a perder calidad de producción.

 Y ahora pregunto, ¿dónde está la palabra profesional?


Los esperamos mañana con la parte 3 de esta serie de audio producción.

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