En pre-producción todos los elementos creativos, técnicos y requerimientos son presentados. Hacemos una lista de todo aquello que será indispensable para cumplir la meta, cronometramos los tiempos, hacemos agendas, hablamos y contratamos a la gente, pero nunca tomamos en cuenta el ego artístico generalizado del proyecto.
Las áreas en producción de medios, requieren de atención y enfoque a detalles comunes que pueden salirse de control, simplemente porque hay una delgada línea entre lo posible, lo imposible, lo tolerable y lo intolerable.
El "profesionalismo" a veces desconoce aquellos límites y disfraza acciones o actitudes en favor de presionar o limitar el desarrollo en la producción.
El productor, es el profesional encargado de equilibrar el karma, los presupuestos y los tiempos.
Recursos humanos ante todo
Si bien es cierto que no se puede ser monedita de oro para caerle bien a todos, como productores si debemos anticiparnos a las circunstancias que pueden darse durante la producción, pues es la etapa más crítica del desarrollo en los proyectos.
Conozcamos o no a las personas involucradas en los proyectos, debemos referirnos a trabajos anteriores y preguntar de primera mano situaciones que pueden salirse de control.
Un productor puede ajustar los tiempos y planear con calma si el baterista se cae al pasear a su chihuahua y que no pueda tocar 1 o 2 semanas, pero no puedes prevenir el rompimiento creativo simplemente porque entre al cantante no le gustó la playera floreada que trae puesta el guitarrista líder ese día.
Muchos grupos, cantantes, locutores y artistas en audio producción, no delimitan adecuadamente sus criterios profesionales por encima de sus emociones personales.
Se dice comúnmente que las emociones son plasmadas en los proyectos y que para ello el artista debe utilizar sus emociones como motivación.Coincido totalmente con ello, pero una cosa es motivarse y otra muy diferente descargarse sobre el proyecto.
El productor como impulsor creativo
Anteriormente los proyectos conceptuales tenían un mayor margen de arrancar en partes o cancelarse porque a industria estaba más estable. Por ejemplo, una disquera tenía varios artistas entre los que se podía compartir la responsabilidad de un intento fallido sin problemas.
Actualmente producir un proyecto tiene un riesgo mucho más alto porque depende de la distribución digital, compra directa, originalidad creativa y volumen de producción. Los errores deben ser mínimos.
Esto nos indica que producir algo que no se va a lanzar no es negocio desde cualquier perspectiva y mucho menos si queda a la mitad de algo importante, simplemente porque el baterista quería usar su nuevo kit electrónico para darle profundidad al disco country que ha estado ensayando.
Hay proyectos que permiten materializar todas las sugerencias y por el contrario existen muchas otras donde por el concepto más vale mantenerlas al margen.
La asistencia de un productor es fundamental para equilibrar estas batallas creativas donde pisotear al perdedor de forma aplastante, sólo sumará rencores que pueden estallar en el momento o días después del lanzamiento.
Luchando con las "diferencias creativas"
El productor si bien tiene que trabajar a veces como psicólogo y mediador, debe ante todo evitar los roces y conflictos pues tiene un panorama general de cada individuo dentro del proyecto.
También debe fomentar la creatividad, más que "picar" al artista para que saque lo mejor de él, sin dañar el panorama personal y emocional.
Debe ser duro pero no gritón, sino honesto para que los involucrados conozcan sus limitantes y las superen con sus capacidades. Podrá manejarlo pues antes de tomar el proyecto se ha preocupado por visualizar los posibles problemas a nivel artístico, creativo, psicológico, emocional y técnico de un proyecto.
Dejar en manos de un grupo su destino sin mediar el ego, va a provocar como consecuencia un "rencor creativo". Cuando llegue el momento de externarlo, siempre tendemos a no escuchar un argumento adecuadamente y muchas veces se confunde con crítica en mal sentido.
Una diferencia creativa es salvable cuando la convivencia y compromiso en una banda es compartida. Se deben escuchar todas las ideas pero se debe jerarquizar y dar prioridad aquellas que están más cerca de conformar un proyecto. Si nuestra meta es hacer un licuado de plátano y la disquera nos pide hacer una versión más original, tal vez podamos poner un poco de canela para acompañar, pero no significa que cambiemos la fruta totalmente.
Conclusión
El productor es fundamental en estas etapas y es quien previamente tendrá internamente un perfil (no opinión personal) sobre las personas involucradas. No pedirá algo a alguien que no pueda hacer ni hará competir a los miembros del equipo entre ellos para obtener un resultado adecuado. Los productores han cambiado con el tiempo y se han convertido en verdaderos directores de una orquesta donde no sólo se ejecutan instrumentos, sino se transforma y aterriza una idea creativa en algo palpable para compartir.
Siempre trata en lo posible, de contar con un buen productor. Sobre todo si las vibras son muy diversas durante la planeación del proyecto. Tu producto lo va a agradecer y redituar .
Rafael Mendoza produce en Ad Libitum Estudio
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