Diseño de sonido: el arte de crear un mundo visual
Por Raúl Beltrán
Podemos decir que el cine es uno de los medios audiovisuales más
importantes en nuestro tiempo. Es
capaz de presentarnos historias y crearnos emociones a partir de imágenes
proyectados en una pantalla, pero también existe una información sonora que nos acompaña durante la proyección
y nos permite comprender lo que pasa dentro de ella.
Sin lugar a dudas esta
expresión artística es la combinación perfecta entre imagen y sonido sin embargo este último elemento, es
pocas veces apreciado tanto por los espectadores como por los realizadores.
No solo es la música.
Primero definamos los elementos que
conforman esta información
sonora de una película, muchas
veces caemos en el error que cuando
se habla del soundtrack
(banda sonora) de una película es simplemente el conjunto de canciones o
piezas musicales que acompañan la
historia la realidad es que la
banda sonora es el término que se utiliza para referirse a un track o pista que contiene toda la
información sonora que escucharemos durante la proyección , es decir, en ella
están grabados los diálogos, las piezas musicales, los sonidos incidentales
los efectos de sonido.
Es por eso que nuestros discos con la música de la
película tiene una leyenda que
versa así “ extraída de la banda sonora original del film ……..”.
Estos tres elementos se combinan con las imágenes para completar el mundo visual que veremos en la
pantalla. Esta tarea no se
debe de realizar con desdén y sin tomarle alguna importancia a la selección de
los sonidos y los momentos en los
que aparecerán dentro del film.
Es importante contar con una o varias personas que reconozcan
las capacidades creativas y dramáticas del sonido y también cuenten con los
conocimientos técnicos para la manipulación del mismo. Esta
responsabilidad justamente en el
diseñador de sonido.
La santísima trinidad.
La selección de estos eventos sonoros debe de contemplar tres
funciones fundamentales
Primero, deben de tener una función narrativa: Ayuda
a contar la historia, que el espectador tenga la información necesaria para entender la trama,
conocer a los personajes,
adelantarme al argumento.
Segundo, una función emotiva: Interviene en la creación de estados de tensión emocional, a llorar cuando el niño se
cae de la cama, a reír cuando Cantinflas
hace su destrozo idiomático, un
buen sonido nos puede erizar la piel en el momento indicado.
Y por último el espíritu santo de cualquier banda sonora: La función de
contextualización, aquella que nos permite ubicarnos en el lugar y tiempo donde
se desarrollen las acciones proyectadas en pantalla, los sonidos de una calle ,
las texturas de un paisaje, la música de una época o región especifica.
Y como la santísima trinidad, estos tres
elementos son entes separadas que
forman una sola persona. Toda banda sonora debe de combinar diálogos música y
sonidos brincando sobre estas
tres funciones.
Me sirve, no me sirve.
Evidentemente un buen diseño de sonido es aquel que nos encamina la mirada y nos mantendrá concentrados en lo que sucede en la
pantalla. No quiero decir que la parte visual sea más importante, si no que el
sonido debe de trabajar de manera conjunta con esta. Por esta razón, escoger que
elementos de los que veo en la
pantalla necesitan ser escuchados y que elementos no, es uno de los retos que tiene un diseñador de
sonido.
En el mundo real podemos estar en un restaurante y no poder escuchar la plática de nuestro acompañante por los sonidos
de los demás comensales, meseros pasando con charolas o un niño que no termina
de llorar por que la sopa está caliente.
A estos ruidos no podemos filtrarlos,
ni ponerles un botón de mute en la vida real.
Sin embargo, en el cine podemos seleccionar que es lo más importante, que debo escuchar, que
sonidos me ayudaran a comprender el lugar en el que se desarrolla la acción, y
que sonidos puedo omitir para acompañar a esta imagen para que el espectador no pierda el punto de
interés de la historia.
Walter murch diseñador de sonido de
Apocalypse Now y El Padrino, nos da una de las reglas para conseguir este objetivo tenemos que recordar que
en la pantalla no todo lo que se
ve se escucha y no todo lo que se escucha se ve.
El hombre no está hecho para ser fiel, pero
el sonido sí.
La fidelidad es uno de los temas más dolorosos de hablar,
pero en el diseño de sonido es indispensable contar con esta virtud. Pero empecemos por
definirla en función de la banda sonora.
Fidelidad tiene como objetivo que cualquier
sonido que usemos dentro de nuestra obra cinematográfica nos dé la sensación de
ser real y que el espectador haga parte de las características de la imagen ese
conjunto de sonidos que está escuchando.
Pensemos pues en la famosísima franquicia de Rápido y furioso, ¿qué sería de esa película, si los
autos que vemos tuvieran le sonido de un
taxi ecológico con motor eléctrico? O bien a un R2-D2 hablando como una contestadora
telefónica, solo por darle un
énfasis de ser un instrumento programado y robotizado.
Evidentemente la primera no habría llegado a una
sexta parte y nuestro robot no sería
un icono de la ciencia ficción.
Podemos como diseñadores mentirle al espectador
manipulando y mezclando el sonido
para obtener uno nuevo, que acompañe al mundo visual en pantalla.
Pero no
podemos engañarlo creando imágenes
con sonidos que no se fusiona y trabajan
con ella para contarnos
historias, crear personajes, transportarnos a lugares o simplemente nos sacaran risas o lágrimas.
Conclusión
El diseño de sonido es más que un proceso técnico.
Es un trabajo que requiere
creatividad, un elemento artístico
al igual que la actuación o la fotografía dentro de la producción cinematográfica
Los invito como espectadores a ir y escuchar cine y como
creadores cinematográficos a darle el valor y el tiempo necesario
para que su obra sea de una gran calidad sonora y visual.
Por ultimo solo
quiero agradecer la invitación a este espacio para poder compartir sobre el apasionante mundo de audio producción.
Raúl Beltrán
Ingeniero en Audio y Diseño de Sonido
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