Mucha gente piensa que la conceptualización de un disco como obra completa tiene su origen en el rock.
No hablo de la conceptualización del sonido, sino de un diálogo musical y textual que lleva a contar una historia a través de los sonidos en un álbum
Sin embargo, hay ejemplos de este estilo de composición creativa en álbumes como Music to Remember Her de Jackie Glison o In the wee in small hours de Frank Sinatra.
Conceptualizar un disco ya es de por sí una meta que requiere mucho trabajo de composición, arreglo, texto, idea creativa y sobre todo de planeación en producción que puede llevar meses para conseguir un resultado muy aleatorio para la masa.
¿El modelo de negocio actual sobre la distribución digital puede afectar este tipo de proyecto?
La distribución digital... el tope mayor...
Actualmente la audiencia se siente más cómoda comprando un archivo digital que todo un álbum. Es una parte importante de los ingresos de las disqueras multinacionales. Es un mercado que no es para nada propicio en la generación de proyectos conceptuales.
Para las disqueras, invertir en un producto que puede llevarse meses representa un riesgo económico muy alto. En nuestros tiempos discos como The Wall de Pink Floyd sería inconcebible. Tal vez por ello Guilmour optó por editar recientemente Endless River con el material que no se utilizó para Division Bell.
Es más fácil reciclar los conceptos ya generados y meterlos al estudio para mezcla que iniciar de cero.
Si hubiese una disquera interesada en desarrollar álbumes conceptuales, la distribución digital no sería su punto de comercialización. Es como vender un rompecabezas por pieza en vez de caja.
El vinil al rescate
Una oportunidad vuelve para la creación de discos conceptuales. El retorno del Vinil a los mercados de distribución, podría justificar nuevamente el desarrollo de este tipo de proyectos. Desde hace ya algunos años, los artistas se han preocupado más por crear un disco de temas individuales en busca de ventas directas.
Para mí, tal vez el secreto del disco 21 de Adele no ha sido solamente el performance, elección de temas y tipo de producción, sino que aunque las letras no se entrelazan entre sí, el sonido de cada tema si tiene una conceptualización de obra que te permite escucharlo en cualquier orden sin que pierda sentido.
No soy muy fan de la música pop, pero en especial he escuchado este disco varias veces por su conceptualización sonora.
El vinil permitiría reenlazar el sonido y los textos de una obra contínua para la creación de más discos conceptuales.
Conclusión
Para mí Soundcloud y plataformas similares cumplen la función de almacenes de este tipo de proyectos. Basta darse una vuelta para encontrar álbumes enteros que a pesar de sus detalles de producción mantienen su línea inalterable. Es momento propicio para construir discos conceptuales de nuevo que reactiven la industria. Nos olvidamos que la música es un arte de mil lenguas, de miles de escenarios y nos remitimos a aquellos ya saturados. Una vez más, la tecnología parece tomar las riendas de nuestra mente. Somos nosotros sus creadores.
Rafael Mendoza escucha discos conceptuales en Ad Libitum
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