miércoles, 14 de octubre de 2015

Fracking Musical en México



El término "fracking" está de moda. Una forma de explotar y obtener recursos no renovables de los suelos inyectando agua, químicos y sustratos. Esto posibilita la fracturación del terreno para liberar elementos energéticos como gas o petróleo. Sin embargo, también posibilita la contaminación del agua, problemas de estabilidad de terreno y una serie de complicaciones a la región donde se realiza.

Reflexionando un poco sobre ello, me parece que la industria musical en México, ha vivido intensamente un proceso similar al fracking energético. De ser así, simplemente hemos visualizado la punta del iceberg en muchos sentidos.

Los datos de Amprofon

De acuerdo a la Amprofon, el 59 % de las ventas digitales durante el primer semestre de 2014 fueron ventas digitales. Los formatos físicos representaron el 41%. Es decir, 32.4 millones de dólares fueron ingresados durante este periodo, siendo un 13.87% del mismo periodo.

Los datos de streaming, alcanzó un triunfal crecimiento de 130%, que finalmente representa el 41% de las ventas digitales.

Se consolidaron en nuestro país, plataformas como Spotify, Deezer y Rdio. 29% de las ventas fueron sencillos, 15% álbumes completos, 8% contenido móvil, 5% ringtones y solamente el 1% de videos musicales.

83% de las ventas en música física fue en CD; 12% DVD audio y 4% DVD video. el 1% restante se integró por plataformas de vinil, cassettes, minidisc y blue ray musical.

Los más vendidos fueron artistas mexicanos con el 34%, Internacional en inglés con 29%, internacional español con 24%, compilaciones de artistas con 6%, regional español 3%, regional anglo 2% y música clásica 2%.

El gran truco

A simple vista, parece que el mercado musical en México es fuerte. Sin embargo, lleva años desgastándose y degradándose ante nuestros ojos. La Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas (AMPROFON), dejó de ser una entidad nacional a finales de los años 60.

Poco a poco cedió su participación de mercado a las nuevas transnacionales en crecimiento. Sony, EMI, Warner y BMG, tomaron poco a poco el control del mercado mexicano durante los años 70. 

Actualmente, las cifras arrojadas por Amprofon, son números de la industria transnacional, es decir, este dinero se va al exterior, dejando empobrecido el mercado mexicano. Las Majors se apropiaron de las maquinarias de producción para CD durante los años 80 y ahora están impulsando el consumo digital en la zona. México junto a Brasil, son los principales consumidores de streaming y descarga digital de Latinoamérica.

¿Dónde están las políticas de resurgimiento para el mercado nacional? En México existen incontables productores y conocedores del Music Business que han dejado su vida en la lucha de subsistencia de nuestro mercado. Algunos han cedido ante la presión económica y cierran estudios, productoras y disqueras.

El monopolio creativo impulsado por INDAUTOR, apoyado en las representaciones de artistas monopólicas en México, no ayudan en absoluto a detener este "fracking" musical.

Conclusión

A mi forma de ver, el fracking musical que vivimos en México, es una de las principales causas que obstruyen el desarrollo de una industria más sana en nuestro país. Se ha cedido el control desde siempre y la distribución digital se convierte en una forma más amplia de sometimiento al mercado nacional.

¿Dónde están las oportunidades para las empresas culturales en los principales foros como la Semana del Emprendedor? ¿Qué apoyos se brindan en las instituciones financieras para proyectos viables de producción interna de contenidos musicales? ¿Basta con los fallidos intentos de capitalización a través del crowdfunding en México? 

Muchas respuestas son necesarias. ¿Cómo participamos de esta situación?

Rafael Mendoza escribe para el Blog de Ad Libitum
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