lunes, 25 de mayo de 2015

10 dilemas éticos comunes del Ingeniero en Audio...



En mi carrera como Ingeniero me llegué a topar con dilemas éticos que nadie me dijo se podrían presentar. Algunas me parecieron un verdadero reto y otras simplemente las dejé pasar como parte del día a día. 
 Muchas de ellas se quedaron en la memoria y con el tiempo comprendí que muchas de estas prácticas nos afectan de forma directa a nuestro sector, dejando toda la libertad a quienes las ejercen. 

Saber actuar en forma correcta puede hacernos perder la cabeza ante una oportunidad laboral deseada, ingresos más altos o beneficios que hemos buscado por mucho tiempo.

Elegí las que considero más comunes al compartir estas experiencias con otros ingenieros y músicos que las callan muchas veces por considerarlas desde comprometedoras hasta vergonzosas, bajo el criterio de que podrían manchar su record profesional.

1.- Sonorizar eventos de fraude asegurado: Llamémosles a este tipo de evento todos aquellos donde a base de control emocional, espiritual o psicológico, los organizadores obtienen beneficios de todo tipo a cambio de liberar a los presentes de problemas de diversa índole. Plataformas multinivel, algunas corrientes espirituales o hasta organizaciones políticas recurren a ello.

2.- Publicidad engañosa: Aunque usted no lo crea, una gran parte de la publicidad que escucha en radio, tv o internet está plagada de "mentiras piadosas" (¿en serio?). La ética de algunos "promotores" de publicidad (no agencias) se basa en añadir propiedades milagrosas a productos o servicios ofrecidos de manera amateur. Algunas veces se obtienen testimoniales forzados. Todo para que el prospecto se enganche a la compra de un producto o servicio que no necesita. Los "promotores" tienen sus argumentos para esto, pero si existe un límite bien trazado sobre hasta donde queremos y podemos participar.

3.- Compra venta de facturas a instituciones de gobierno: Parece que este rubro se va a ir haciendo más difícil cada vez con la facturación electrónica. Muchos oficinas de gobierno, para recuperar un porcentaje en IVA, hacen tratos con estudios inflando costos de grabación por spot y producción . He visto facturas cobrarse por 7 u 8 veces el costo real de producción. La mayoría de las veces, las facturas no son cobradas y el requerimiento de Hacienda te lo quedas tú. Evita ofrecer esta oportunidad.

4.- Servicios de grabación a instituciones públicas de mala calidad: Si, me he topado con estudios de grabación que han cobrado pequeñas fortunas por grabaciones a proyectos musicales utilizando su estacionamiento como área de grabación y un micrófono omnidireccional como proceso. Nadie los puede culpar de ello. Donde duele es saber que ese dinero lo aportamos todos y se fuga de forma absurda en proyectos así. 

No es que sea malo que puedas cobrar 300,000 pesos por una grabación así, sino que cuando la realidad económica te alcanza, esos 300,000 marcan a todo el sector en la credibilidad. ¡Luego porqué nos quejamos que nadie quiere contratar servicios profesionales!

5.- Producir proyectos con enfoques contra derechos humanos: Aquí si me tuve que bajar del barco ante la propuesta de un grupo musical, cuyas letras me parecieron totalmente fuera de lugar al atacar a un sector vulnerable. Dejé de trabajar para el estudio porque mi ética profesional no les pareció tan profesional. 

Desde mi punto de vista, ningún proyecto que se integre a las guerras ideológicas en vez de proponer una alternativa de diálogo, vale la pena el esfuerzo.

6.- Imitación deliberada para ofrecer pruebas de plagio: Suena raro, pero alguna ocasión me pidieron recuperar una voz grabada de un proyecto para crear una versión primaria de un tema musical. La idea era presentar aquella voz cantando a modo de cover un tema del demandante y poder certificar que el demandado ya la había grabado antes. Por fortuna en aquella ocasión ya contaba con mi propio estudio y rechazé la oferta de trabajo. Al irse, el demandante me pidió callar la situación a cambio de no revelar  mi posible "participación" en el fraude. 

7.- Falsear grabaciones para sustentar hechos : Aquí hay de todo. Desde intentar recrear ambientes de fondo para comprobar la estancia de una persona en un lugar específico (una fábrica, un muelle, una ciudad), hasta ensuciar tracks para hacer creer a las personas que sus seres queridos ya difuntos les han dejado saludos grabados en cintas de cassette en sus casas. Lo juro, no participé de ello, aunque si he logrado recrear voces ligeramente espectrales para proyectos radiofónicos independientes y por ello me buscaron.

8.- Limpiar conversaciones grabadas en secreto: Una estrategia de los empresarios, litigios por herencias y hasta custodias de infantes se entremezclan en estos trabajos. El dilema radica en que los abogados desean obtener versiones editadas de forma impecable para presentarlos como pruebas. Ninguna edición por eficaz que sea, deja costuras invisibles ante un experto de audio forense. De ser descubierto podrías ser identificado como cómplice de un fraude a la autoridad.

9.- Ofrecimiento económico a cambio de la obtención del proyecto sin mezclar: Muchos estudios de grabación por desconocimiento en el manejo adecuado de sus datos, permiten el acceso total de los archivos de grabación al Ingeniero en Audio. Cuando un grupo entra en problemas y se divide, siempre está un sector de ambos que desea obtener la grabación para su explotación por separado. Lo ideal es sentar a ambas partes a dialogar para que se termine el proyecto o se cierre de forma amistosa. Yo siempre entrego la copia de los proyectos a quienes ellos nombran en el contrato como su representante para el proyecto. Mi responsabilidad termina en su entrega a esta persona, porque está anticipado que ellos lo eligieron como su cabeza en base a sus acuerdos.

10.- Aprovecharse de la ignorancia del cliente: Este es el común en nuestro país, en todos los sectores. En nuestra área, durante mucho tiempo no se ha cultivado ofrecer toda la información suficiente al cliente para que pueda desarrollar adecuadamente su proyecto. Estudios celosos que piden ver el dinero primero y ofrecer información después porque no quieren que la competencia sepa sus precios. 

Esta ceguera financiera y de mercado ha hecho un daño importante a la credibilidad del posible cliente. La industria a cambiado y si piensas que por guardarte una información (que el cliente puede obtener de cualquier forma en internet) estás protegiendo un prospecto, entonces ya llevas el 50% perdido de la negociación. Trasmite tu información al cliente para que sepa que está tratando con un profesional en el que puede confiar.


Conclusión

Podríamos empezar a recabar las experiencias de muchos sectores de la industria que se basan en dilemas profesionales. Hay muchos más que seguramente no hemos tomado en cuenta y estaría bueno como ejercicio compartirlo para darnos cuenta que tenemos una gran responsabilidad para limpiar nuestro sector. Ante la urgencia de una nueva forma de plantearnos el hacer negocios responsables empieza a cambiar, sin embargo todavía queda mucho por hacer.

Nuestro país tiene una larga cadena de dilemas que se expanden en todos los sectores. Ojalá podamos iniciar por nosotros mismos para que con el tiempo este cambio se concrete y nos beneficie a todos.

Rafael Mendoza produce para Ad Libitum
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