El teatro es una arte que depende enteramente de la interpretación directa. El lenguaje del gesto, cuerpo, movimiento, ritmo y presencia son fundamentales para recrear el ambiente necesario.
El escenario es un espacio sagrado. Para el actor es el entorno donde su interpretación se expande, contrae y estalla.
Así que cuando se requiere soporte en audio producción, las limitantes son claras y a la vez existen soluciones básicas para los requerimientos teatrales.
El espacio acústico
Una obra de teatro que ha sido puesta en escena en un foro adecuado, requerirá en un mínimo las consideraciones de audio. La acústica del teatro permite proyectar con suficiente fuerza la interpretación.
En algunos foros adaptados, el soporte con micrófonos direccionales y discretos en el escenario, permiten una mejor apreciación y se funciona simplemente como un refuerzo sonoro.
El actor preparado, desarrolla un tipo de voz más trabajado en matiz, timbre y tonalidad que una persona promedio. También ejercitan su cuerpo y a base de resonar fisiológicamente, consiguen una mayor fuerza de amplitud en su voz.
Cuando esto no es posible, los micrófonos colaboran a impulsar la interpretación, más siempre se manejarán en niveles conservadores a menos que se trate de un musical, donde interviene una orquesta en vivo o material grabado.
Interactuar con el diseño de sonido para teatro.
El primer punto y más relevante es leer el libreto. Entender los movimientos de los actores, el número de ellos sobre el escenario bajo ciertas escenas, los requerimientos de sonidos (tren, lluvia o viento).
Hablar con el director permitirá un acercamiento más completo. Debemos respetar su mezcla de elementos. No podemos sugerirle que llene toda la escena de un entorno grabado. Tal vez, prefiera utilizar sólo en ciertos momentos el apoyo de diseño de sonido.
La clave es no proyectar el diseño de sonido como un requerimiento técnico, sino como un arte que colabora al lado del desarrollo teatral.
Es fundamental trabajar en los ensayos con la compañía para comprender mejor los cambios de ritmo, ajustes de efectos y requerimientos musicales.
Si se trabaja al lado de un compositor, entonces habrá que tomar tiempos para definir en promedio la duración de las escenas y planear adecuadamente una lista de cues técnicos similar a lo que ocurre en cine.
Ensayo, ensayo, ensayo...
Particularmente, el trabajo de un diseño de sonido para teatro se realizará durante los ensayos. Olvidémonos de editar y tomar notas en el estudio. Lo ideal es cargar un sistema portátil básico que permita estos ajustes dentro del teatro para que podamos probarlos lo antes posible. Detalles técnicos como ecualización y niveles de fx de procesamiento podrán pulirse en el entorno controlado del estudio, pero la duración, velocidad e intensidad de los sonidos, deben revisarse durante los ensayos.
De esta manera podemos saber si 3 personas son suficientes para desarrollar el sistema de producción o sólo uno. Es decir, podemos tener una consola automatizable o una consola análoga sencilla. Alguien debe operarla y preocuparse del PA. Otra persona de insertar los efectos de acuerdo a la linea de cues y uno más para la musicalización o soporte de ambos.
Si en el ensayo notamos la necesidad de una persona o más en el proceso, debe apurarse a integrarse a los ensayos.
Conclusión.
Existen muchas partes técnicas que no tocamos en este blog porque requieren cierto conocimiento técnico, pero al igual que un montaje de audio producción, se requiere pulir un rider, soundstage, backline y stage plot para aplicarlo en teatro.
Trabajar en teatro puede ser una experiencia enriquecedora en muchos sentidos. Es momento de apoyar las artes desde el arte mismo de la audio producción.
Rafael Mendoza edita y produce en Ad Libitum
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