El 10 de julio de 2014, Hartman, una empresa desarrolladora de equipos de sonido, lanzó el documental "Distortion of sound".
El trailer se nos presentaba prometedor al incluir a figuras de la audio producción como Hanz Zimmer, Quincy Jones y artistas como Slash, Snoggy Dog además de productores como Manny Marroquin.
Sin embargo, al momento de visualizar el "documental", pudimos encontrar varios puntos que acaban con su credibilidad.
Referencia a la calidad creativa..
Al inicio del documental se plantea el proceso de producción común en una grabación. El proceso creativo que lleva horas para terminar en un producto con una duración promedio de entre 4 y 5 minutos.
Ese proceso creativo que resulta gratificante para el artista. Aquí el primer punto de conflicto con el documental. Este proceso se plantea de una manera constructiva y normal en desarrollo para quien ya tiene años de experiencia en el proceso, pero que puede resultar frustrante en muchas ocasiones. Para el principiante o productor amateur, este proceso puede extenderse considerablemente, sobre todo si no se cuenta con la experiencia profesional adecuada.
Hacer varios procesos para conseguir un objetivo que puede resumirse dentro de ciertas etapas de producción, es como dar 15 vueltas a la manzana cuando se sabe que la puerta principal queda en la primer esquina.
Referencia a la calidad de los componentes en producción
Este representa la primer contradicción del documental. Enfocado primordialmente a los consumidores de mp3, se les trata de informar acerca de los estándares de calidad en las herramientas de producción, que quedan considerablemente desvalorizadas ante la calidad de componentes con que se construyen las bocinas y dispositivos móviles.
Se hace una construcción histórica de los formatos anteriores como el vinil, cassete de 8 tracks, cassete standard, el walkman y su evolución hacia el mp3.
Este punto es relevante porque pretende posicionar los sistemas tradicionales (aunque tampoco cumplían con los estándares de calidad necesarios de aquel entonces) como la base para poder disfrutar mejor la música.
A partir de este punto, el documental da un giro a su objetividad y se centra en un concepto comercial.
La distribución y el mp3 son el enemigo
A partir de este punto, la crítica hacia los formatos de distribución digital se convierten en ataque teledirigido hacia los dispositivos móviles. En nuestro blog hemos hablado sobre la calidad de componentes y compresión del mp3, así como de las bondades de la distribución digital. También hemos criticado los contras de las prácticas recurrentes de los usuarios al no tener el criterio ni los conocimientos necesarios para el uso adecuado de la distribución digital.
En el documental, se promueve la compra física del disco, que incluye el material gráfico como complemento artístico del mismo. Se profundiza en la necesidad de tener un sistema adecuado que permita "sentir" la expectación del artista reflejada en un sistema sin compresión. Finalmente el documental cierra con la idea de que todo proceso de compresión es "reversible" y que puede reencausarse hacia una forma tradicional para escucharse.
Fallas técnicas del documental
Para quien observe el documental, se presentan mentiritas piadosas para validar su argumento. Son absurdas para quien conoce los elementos de audio. La primer falla es presentar como evidencia sonidos que presentan compresión dinámica como compresión de datos.
Para quien no conozca sobre producción, la compresión dinámica es un proceso que permite mantener los niveles estables en una grabación. Si se abusa de este proceso, el sonido suena poco definido y apretado como se muestra en el documental.
Sin embargo, la compresión mp3 no tiene nada que ver con la compresión dinámica, puesto que se realiza como una elección aleatoria de bits, basada en un filtrado de frecuencias poco audibles para descartarlo y minimizar el tamaño de archivo. Así se consigue "reducir" el peso de descarga en una relación 10:1.
En la compresión dinámica, los "ratios" permiten comprimir los voltajes representados sin pérdidas de datos, solamente se reduce su amplitud en esa relación.
Otra falla importante es decir que la distribución digital es causante de la crisis de distribución física. Los estándares mp3 y sus codecs, se han desarrollado con nuevos formatos, pero principalmente, la velocidad de transferencia de los servers y tecnologías disponibles en distintos países, no han permitido una estandarización para la transferencia de archivos wav. Ya es posible transferir estos datos y distribuirlos a una velocidad promedio de 30 o 40 minutos.
Otro problema técnico es decir que el proceso es "reversible". Claro que esta afirmación tiene la intención de promover la venta de un software restaurador que Hartman desarrolló. Asegurar que este software puede "reconstruir" la calidad de un mp3, es como decir que encontraron el santo grial de la decodificación digital.
Los sistemas como el Dolby, realizan un enconding de alta calidad, pero fundamentalmente es muy similar al MP3. Inclusive en el cine, no escuchamos realmente el formato original de una película, sino una representación codificada en la cinta misma a través de un sistema óptico.
Conclusión
El documental presenta una temática importante sobre el debate de la calidad del MP3, pero falla técnicamente en su representación y ejemplificación. El enfoque comercial que permanece escondido durante los primeros 12 minutos queda deshecho por su ejemplificación de la compresión en un sonido mp3 por compresión dinámica. El desperdicio de talentos en sus testimoniales o la mala edición, hacen tendenciosa o totalmente enfocado a la venta de los equipos que Hartman promueve en la misma página donde lanza su "documental".
Como género, en realidad es un infomercial disfrazado con un tema polémico. Estrategia buena, desafortunadamente queda pronto al descubierto y no aporta nada a la temática del MP3.
Sigue inexistente un documental que trate de fondo, la realidad del mp3 y su afectación en el mercado de forma económica, cultural y de salud.
Rafael Mendoza ve documentales en Ad Libitum
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