lunes, 3 de octubre de 2016

¿Política de conciertos o política en conciertos?...



Es inevitable tocar el tema de Waters en México y su presentación en el Zócalo capitalino. Las dudas saltan de primera mano; ¿quién lo pagó?, ¿porqué?, ¿que querrá a cambio?

Estas respuestas seguramente saldrán a la luz en unos meses o par de años, bajo conceptos totalmente desconcertantes en auditorías fiscales, papergates revelados en "exclusiva" por periodistas políticamente correctos en circunstancias politicamente claves.

El arte siempre ha estado ligado a las esferas del poder, porque implica el control intrínseco de la perfectibilidad a través de la historia. Quien controla el arte, controla las emociones humanas.
Los actos musicales ligados a la política podrían pasar desapercibidos por los fans, pero tiene mucho sentido utilizarlos como plataformas ideológicas.

Una evidencia tangible...

La organización Headcount (www.headcount.org) es una organización sin fines de lucro (sic) que trabaja con músicos para promover la participación en la democracia.

En 2012, realizó un estudio con una muestra de 10,000 personas asistentes a conciertos de distintos géneros en USA, para medir el impacto político que podía ejercer políticamente en su audiencia un artista a través de su mensaje musical.

Los resultados son más que reveladores:

- 80.02 % dijo haber escuchado sobre un asunto político o social en un concierto
- 49.65% dijo haber buscado su registro para votar, firmar una petición o escribir a un congresista

Las tendencias políticas también se ven representadas en el estudio:

- Fans de Maroon 5, O.A.T y John Mayer, se identificaban como republicanos.
- Fans de The Decemberist y The National, se identificaban como Demócratas
- Fans de The Disco Biscuits y Sound Tribe Sector 9 eran más libertarios

Ser partidario de uno de los bandos, ofrece también una métrica para la industria:

- Los demócratas asisten a más de 10 conciertos por año que los republicanos, pero los libertarios asisten al doble de eventos musicales que ambos.

Ante la pregunta "Cuando un músico apoya una causa o la comenta ¿Que provoca en ti?"

- El 56.73% dijo sentirse inspirado a tomar acción.
- El 31.52% dijo tomarlo como algo bien intencionado, pero no tomó parte de la acción
- El 7.44% no sintió impacto alguno y lo ignoró.
- El 4.30% simplemente se incomodó por considerarlo fuera de lugar.

Conclusión

La reciente visita de Roger Waters a México, coincide con una etapa clave para la definición de perfiles con intención de voto para el 2018. 

Aunque mucho se ha hablado de reclamo hacia Enrique Peña Nieto en sus conciertos, es claro que cuenta con un respaldo legal muy cercano, porque referirse al "Señor Presidente", no necesariamente se refería a alguno en particular. Podría ser el Presidente de Pepsi o el presidente de la Sociedad de Padres de Familia. 

Otra formas de intervenir políticamente en la incidencia de voto, es permitido en los EU y como ejemplo están los eventos de captación de recursos que apoyaron Kayne West, Jay Z, Madonna, Maroon 5 y bandas alternativas para la campaña de Obama.

Sea como fuera o "haiga sido como haiga sido", lo bailado no hay quien lo quite. Seguramente alguna empresa de marketing político estuvo tomando nota de cada detalle en el Zócalo y ofrecerá una solución armonizada a las demandas del público mexicano para los próximos meses. 

Y entonces, nuevamente, aparecerá un candidato que cumpla con los requisitos de intención al voto, sin que se evalue su trayectoria, pero que avanzará implacable sobre las encuestas y se colará a sentarse en la silla donde todo se puede, pero nada crece...

Rafa Mendoza analiza el music business...
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Fuente imagen: www.reporteindigo.com
Fuente datos: www.headcount.org
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