lunes, 3 de abril de 2017

6 "terribles obligaciones" que odian los músicos no profesionales...


Pocas personas realmente exitosas, se han atrevido a definir el éxito. La mayoría coincide que perseguir el éxito como meta, distrae efectivamente del aprendizaje y comprensión del entorno que cada día ofrece seguir adelante. Es común de la naturaleza humana buscar siempre el beneficio, evadiendo en lo posible obligaciones y responsabilidades.

Nada asusta más a un músico no profesional que las obligaciones. Los músicos principiantes definen su libertad y rebeldía como bandera creativa, esperando que un éxito los lleve a ser el siguiente artista en la escala evolutiva de su género. Cada día, mes, año y generación que pasa, esta percepción del negocio de la música se vuelve cada vez más irreal.

Y es que en México "exigimos", "responsabilizamos" y "obligamos" a otros (gobierno, empresas, asociaciones, personas) a brindarnos el camino a esa meta tan corta llamada éxito. 

Por ello, hoy enumeramos las 5 "terribles obligaciones" que odian los músicos no profesionales. Cualquier parecido a la realidad, es mera coincidencia:

1.- Pagar a sus músicos oportunamente: Si... sigue ocurriendo... ¿Porqué?... Profesionalismo no lo cubre saber 3000 canciones de repertorio, desarrollar la habilidad técnica de John Patitucci o cantar 3 eventos en un sólo sábado. La ausencia de un verdadero plan de negocio implica desconocer las oportunidades y ventajas comerciales que implica pagar en tiempo y forma a los músicos que han hecho su labor.

2.- Determinar porcentajes justos de creatividad: ¿Quién puso la letra?, ¿quién la música?,¿ cuantas frases corresponden realmente al compositor?, ¿porqué agregar a hijos o esposa en el crédito aún cuando no participan del proceso creativo? Prácticas que se han quedado en el medio por falta de orientación legal y conocimientos básicos en Derechos de Autor y Propiedad Intelectual.

3.- Declarar y pagar impuestos: Impuestos es una palabra que deberían borrar del diccionario para creativos y artistas por una razón. Son motivo de reclamo y al mismo tiempo escudo bajo la trinchera personal. El músico no profesional siempre evitará pagar impuestos. Buscará no darse de alta en el SAT, conseguir facturas con colegas (práctica que está desapareciendo por el nuevo sistema), y si lo hace, contratará un CEE (Contador Evasor pero Ético) que por un bonito 20% de comisión, inflará sus gastos de IVA para recuperar un porcentaje mayor a lo que realmente facturó en el año. Eso si, reclamará la falta de apoyo por parte de los organismos gubernamentales para que "inviertan" en su proyecto con los recursos públicos que han "pagado" oportunamente.

4.- Crear un plan de inversión en su proyecto: Típico es buscar el 100% de su financiamiento a través del Crowdfunding, considerándolo como la "única" y mas "viable" forma de capitalizar su idea creativa. Pedir dinero a una comunidad digital no tiene sentido sin un plan de negocios que defina oportunamente el papel del crowdfunding en el desarrollo del proyecto, mucho menos cuando tampoco plantea una estrategia de fondeo (si, el fondeo también necesita estrategia financiera, legal y fiscal). 

5.- Estrategia de salida: Ojalá que los proyectos duren toda la vida. Pero por múltiples circunstancias un buen día todo acaba y sin una estrategia de salida, los costos legales, fiscales, financieros y económicos se transforman en deudas trasladadas, edictos a 3 años, hipotecas con altos intereses y en algunos casos hasta la banca rota, dependiendo del nivel al que cada proyecto esté operando. Disputas de familia, cónyuges, compañeros de proyecto, disqueras y a veces hasta la propiedad del cencerro, son argumentos válidos para armar una campal afuera de los juzgados.

6.- Crear un plan de marketing: Es increíble que proyectos potencialmente rentables, crean que tener 5000 fans en su base de Facebook son la base para ser tomados "en serio" por disqueras, centros de espectáculos, festivales y una escena musical específica. Otros por el contrario, buscan "viralizar" sus videos para ganar posicionamiento, pero se frustran cuando el nuevo video de #LadyTostadas les hace la mala obra de distraer a su público. Un plan de marketing es algo serio, pero no aburrido. Existen dinámicas que permiten establecer metas y objetivos conjuntos que bien aplicados, construyen en mediano y largo plazo (a menos que tengas unos millones de pesos para generar presión positiva en medios) una base sólida que brindará permanencia y trascendencia a un proyecto. 

Conclusión

Bien dijo Stephen King alguna vez que "los amateurs se sientan a esperar la inspiración... el resto de nosotros se levanta y va a trabajar"

Aunque el título de este artículo puede sonar fuerte en algún sentido, lo cierto es que la vida misma se encarga de ahogar proyectos con mucho potencial, porque se limitan a navegar en la industria con una vela improvisada, remos cortos y sin siquiera comprender como se leen las estrellas del firmamento.

Las obligaciones y responsabilidades en el negocio de la música son una fuente infinita para un recurso que la economía utiliza todos los días para avanzar día a día: la confianza.

Sin la confianza, no se venden boletos, no se compran camisetas, no se sale en radio, no se descargan canciones o se hace streaming por Spotify, iTunes y YouTube.

¿Te has preguntado cuantas obligaciones has aprovechado para generar confianza en tu proyecto?

Rafa Mendoza es Analista en el negocio de la música
Suscríbete, participa, danos like y g+
blog@adlibitum.com.mx
Ad Libitum ofrece asesoría y consultoría sobre estrategias del negocio de la música
www.adlibitum.com.mx


0 comentarios:

Publicar un comentario