lunes, 30 de septiembre de 2013

¿La música es negocio? Parte I



La música como arte, es una de las posibilidades profesionales hoy en día. Ser músico implica muchas altas y bajas. Como en cualquier otro trabajo, requiere de habilidades específicas y prácticas que se desarrollan con los años.

Sin embargo, pareciera que es tan sólo un pastel de donde se puede extraer una rebanada con respecto a las demás artes.

La situación económica global, ha impulsado a desarrollar nuevas estrategias de promoción y difusión en la música. Algunos modelos en países desarrollados no requieren de vigilancia. Pero en México desafortunadamente no hemos alcanzado a comprender los diferentes espacios que requiere la música.

Escuela sin música...

La carencia de un programa educativo que incluya a la música como una disciplina indispensable e importante junto con las demás artes, genera una visión desproporcionada de los requerimientos e importancia de la música en un entorno.

Aprenderse las "Mañanitas" es tan sólo un acercamiento a la comprensión musical. He visto mejores aplicaciones de la música en nivel preescolar, donde a través de juegos y cantos, los niños aprenden las bases para comprender la aplicación de un instrumento.

Pero al llegar a la primaria, estas manifestaciones se centran en el aprendizaje de cultura popular para los eventos festivos del año. Algunos cumplen con este esquema y otros no, principalmente porque las capacidades de las escuelas se centran en crear pequeñas representaciones corales, sin uso de partituras, instrumentos básicos de percusión o conocimientos básicos de música.

En la secundaria, la música pasa a ser parte del joven en instrumentos como la flauta o la guitarra, sin embargo el número limitado de horas clase no consigue insertar las bases adecuadas para quien ya debería estar practicando un instrumento formalmente.

El abaratamiento de la música online

Que una canción pueda valer 1 dólar en internet, no significa que cueste 1 dólar crearlo. Actualmente, la red es la fuente por excelencia para la búsqueda de opciones musicales. Pero pagar en países como México no es una opción, sobre todo cuando las propuestas a pesar de estar bien producidas, se insertan como éxitos de un tema en canales como Telehit o MTV de forma contínua.

La piratería afecta principalmente al artista masivo, desilusionando al músico para generar sus propios productos.

La mayoría de producciones independientes compite ultimamente basados en éxitos comerciales "covers", que les permiten "garantizar" a las disqueras, la venta de estos productos y recuperar de alguna forma su inversión.

A largo plazo las disqueras fracasan porque no proponen y tampoco se manejan en una línea que desarrolle nuevos productos en un mercado monopolizado.


Conclusión

Este tema es muy extenso y habremos de abordarlo poco a poco, hasta aquí, baste decir que de origen, el problema es relativo a la educación deficiente sobre la música en las escuelas. Pocas escuelas privadas cuentan con un parámetro y forma de trabajo adecuado para estos menesteres, sin embargo no se impulsan más allá porque se minimizan ante la carga comercial que los medios imprimen en los alumnos.

Es así que considerar a la música como un pastel del que podemos compartir, es una ilusión que requiere de una solución en la que todos, tanto la industria musical, productores, creadores de instrumentos, disqueras, sellos y músicos, debemos participar para concretar al arte de la música como el negocio que permita avanzar y no estancado en las ganancias de las que participa actualmente.


Rafael Mendoza produce,graba y mezcla música en Ad Libitum Estudio
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