martes, 5 de enero de 2016

The Beatles: ¿De quién son los derechos?



El 2015 cerró sorpresivamente en el terreno del Streaming. The Beatles fue integrado no en una, ni dos, sino 6 plataformas de streaming simultáneamente.

Apple se alimentó del catálogo en exclusiva para su venta en iTunes. Spotify buscó desde sus inicios la exclusiva de catálogo de Sony/ATV.

La historia sobre los derechos de The Beatles, está plagada de conspiraciones y datos muy concretos sobre el potencial de marketing que puede ofrecer. 

Un poco de historia...

Los derechos de explotación sobre la obra de The Beatles, pertenecía originalmente en su mayoría a Associated Television (ATV), una franquicia de la Televisión Italiana, que proveía originalmente contenidos solamente los fines de semana a la región de Londres. En Julio de 1968, la franquicia fue liberada para crear su propia programación.

Como parte de su crecimiento, desarrolló una editora de música conocida como ATV Music. Posteriormente se separó como un catálogo independiente y se potencializó porque compró tempranamente derechos sobre una compañía llamada "Northern Songs".

Northern Songs funcionaba como una compañía que publicaba canciones unicamente de 4 personas: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Star. Originalmente, George Martin pensó fusionar la compañía como parte de EMI, sin embargo, Brian Epstein y Dick James prefirieron permanecer independientes.

A la muerte de Epstein, Lennon y McCartney pretendieron renegociar el acuerdo con James, pero Epstein y James habían vendido su parte de Northern Songs a la editora ATV sin previo aviso.

Apple Corps en lucha por los derechos

En un intento de desesperación, Allen Klein, directivo de Apple Corps., fue instruido por Lennon y McCartney para intentar recuperar los derechos pertenecientes de ATV. Ante la negativa, Allen Klein sugirió intentar una alternativa más cara: comprar ATV con todo su catálogo.

En un movimiento que hubiera significado la operación de rescate en derechos de publicación más grande de la historia, ATV no aceptó ninguna de las ofertas hechas por Apple Corps. El catálogo quedó bajo custodio y por un momento, The Beatles dejaron de intentarlo.

Tras la muerte de Lennon, Yoko Ono y McCartney intentaron comprar en 1981 todo el catálogo de ATV. La situación financiera de ATV estaba llegando a límites peligrosos y urgía poner un alto a su caída económica.

El factor Jackson

En 1982, durante la colaboración de McCartney con Michael Jackson para el tema Say, say, say, McCartney le comentó a Jackson sobre el intento de compra del catálogo a ATV.

En esos años, todo lo que Jackson tocaba se volvía oro. Irónicamente le dijo a McCartney que se quedaría con los derechos. La conversación nunca volvió a salir hasta 1984, cuando ATV anunciaba su cierre de operaciones.

Inmediatamente McCartney ofreció una cifra que fue rechazada y se le comentó que había alguien más interesado en ello. 

Desesperado, McCartney solicitó toda la ayuda de inversionistas posibles y ofreció más de 30,500,000 de Liras Esterlinas por el catálogo. 

Demasiado tarde, el catálogo había sido vendido en 24,400,000 Liras a Michael Jackson (unos 47.5 millones de dólares), simplemente porque su traspaso tomaría menor tiempo que esperar a McCartney y sus acreedores a reunir todo en una cuenta.

El 10 de Agosto de 1985, el catálogo de The Beatles perteneciente a ATV, pasó a ser posesión de Michael Jackson.

Sony se queda con todo

En Diciembre de 1995, Michael Jackson estaba pasando por una crisis económica severa. Las acusaciones sobre supuesto abuso infantil pesaba y los gastos excesivos de Neverland estaban lastimando su bolsillo. Necesitaba dinero para lanzar nuevo material y costear su nueva gira. 

Es así que firma un acuerdo con Sony Music para crear Sony/ATV Music Publishing. A cambio, Jackson recibiría dinero prestado para recuperar sus propiedades embargadas y preparar su próxima gira. La operación dejó 90 millones de dólares a Jackson.

Las inversiones de Jackson no fructificaron y su relación con Tommy Motola empeoró. Jackson perdió la oportunidad de recuperar el catálogo y este permaneció bajo la custodia de Sony/ATV.

Tras la muerte de Jackson, la gente aún pensaba que posiblemente McCartney había negociado previamente con el Rey del Pop. Sin embargo, ATV desmitió el hecho y afirmó tener los derechos.

 Ni Yoko Ono o Paul McCarney tendrán oportunidad de pelear por el reclamo de los derechos hasta 2018, cuando la Ley Internacional de Derechos de Autor de 1976 les permita luchar por los derechos después de 56 años de su registro. 

Si el proceso inicia adecuadamente o fallaran en su contra, Ono y McCartney (o sus descendientes) podrían obtener todos los derechos en 2026.

Conclusión

Encontrar una gran parte del catálogo de The Beatles en streaming abre 2 posibilidades claras a la industria. La primera es que siempre habrá manera de vender lo ya vendido y acompañarlo de ganancias por publicidad al mismo tiempo.

El catálogo no incluye las versiones más famosas hechas en sistema monoaural que son consideradas joyas de la ingeniería y música. Tampoco incluye temas inéditos o la Antología que marcó la pauta para el regreso de la nostalgia a finales de los noventas.

La segunda posibilidad es que el valor en derechos de autor de un tema, puede crecer a niveles incalculables de primera vista.

Si Northern Songs hubiera sabido que estaban haciendo con el catálogo y hubiesen liberado su material a Apple Corp. de primera mano, tal vez la franquicia más grande de la música comercial se habría disparado con los tradicionales reencuentros, reediciones y versiones inéditas que inundan el mercado.

En fin, la lección debe ser aprendida y experimentar en cabeza ajena para no cometer el error que costaría 56 años de lucha a los legítimos dueños de los derechos.

Rafa Mendoza analiza el Music Business para Ad Libitum
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