martes, 25 de agosto de 2015

Derechos de Autor: El infame caso de Jammie Thomas-Rasset...



En una época donde artistas y disqueras, se han enfrascado en debates moralistas por el pago justo en servicios de descarga y streaming, sería demasiado pensar que descargar ilegalmente una canción podría llevarte a la banca rota. 

Cuando Taylor Swift habla de un justo pago para los artistas, me queda claro que sabe muy poco de lo que dice.

Tal vez para ti, Jammie Thomas-Rasset no signifique mucho.. aunque debería.

Jammie Thomas, actualmente de 37 años, es una madre de Brainerd Minnesota, madre de 3 hijos, es la primer persona llevada a juicio por descargar música ilegalmente. 

Su caso a permanecido con un bajo perfil en los principales sitios de noticias en USA y el mundo.
Capitol Records, es la disquera que ha litigado desde 2007 en busca de recuperar el costo y daños por 1,702 canciones descargadas a través de la red Kazaa.

El delito perseguido

La causa legal en contra de Jammie inicia el 21 de febrero de 2005, fecha en que supuestamente descargó y compartió cerca de 1,702 tracks en línea bajo el nick de "tereastarr". 

Los representantes legales de Capitol Records, hicieron llegar un requerimiento de pago por $5000 dólares a modo de compensación por tan sólo 24 temas. 

De acuerdo a las investigaciones, los requerimientos de pago se presentaron a otras personas en diversas partes del país, oscilando entre los 1200 y 6500 dólares por conceptos de distribución, reproducción y daños.

Thomas dijo que ella no manejaba la cuenta "tereastarr" y negó haber bajado los archivos. Durante el proceso, su abogado le sugirió que trabajaran una línea, donde la cuenta hubiese sido utilizada por otra persona.

El proceso inició sin evidencia, pues nunca se presentó algún dispositivo de almacenaje óptico o físico que demostrara la descarga y pertenencia de los archivos en su disco duro.

Las primeras cifras.

El juez que inició el caso, se declaró incompetente para llevar el jucio a cabo y lo liberó ante una corte donde la RIAA pudo aplicar una mayor ingerencia sobre el caso.

Para el 15 de junio de 2009, el caso se integró en una corte superior tomando el nombre final de Capitol Records Vs Thomas-Rasset.

La defensa de Jammie, puso sobre la mesa que nunca había sido notificada por ser investigada en su consumo de datos o conexión de internet, ni que hubiese cambiado o destruído el disco duro para eliminar la evidencia.

Capitol presentó detalles técnicos del folder Kazaa albergado en su computadora, ligado a su dirección IP y remitiéndose a sólo 24 canciones. Aunque también pidió emitir una alerta por las otras 1,678 canciones que habían sido registradas en su paso por la red.

La defensa presentó un registro de compras hechas por Jammie, que abarcaban cerca de 200 CD's originales, muchos de ellos con las canciones en disputa y que ella misma había ripeado a su computadora en formato WMA y no MP3 como se encontraba en el folder.

Se especuló que tal vez sus hijos o novio, habían instalado Kazaa en la computadora sin su conocimiento. Capitol dijo que no era posible culpar a otras personas puesto que la dirección IP asignada por su proveedor de internet estaba a su nombre.

El juez decidió poner un antecedente de la cifra que sugiriera el quejoso para cubrir los daños, pero nunca mencionó si debía manejar derechos de distribución o reproducción, o si debía considerar ambas.

Despues de unas 6 horas de juicio, la primera cifra condenatoria por daños ascendía a $ 1.92 millones de dólares. $80,000 dólares por canción.

La primer apelación y nueva cifra.

Se apeló esta cifra aduciendo que MediaSentry, la empresa de investigación que ofreció las pruebas para emitir las notificaciones, no tenía registros adecuados para ejecer investigaciones privadas e intervención de datos en redes.

La moción dió a lugar y se disminuyó la cifra hasta 25,000 dólares por canción, misma que Jammie rechazó porque no se había comprobado siquiera sus argumentos en la corte.

Un tercer juicio llegaría en Noviembre de 2010. El jurado fue instruido para determinar las cantidades del daño u considerar la conducta del acusado, su posible inocencia, la falta de respuesta a su notificación, sus conocimientos en derechos de autor, entre otras posibles interpretaciones.

El jurado se dejó llevar por la emoción del caso y sentenció pagar a Capitol Records, $62,500 dólares por canción, haciendo un total de $1.5 millones de dólares.

La segunda apelación definitiva.

En diciembre de 2011, una última apelación se abrió, basándose en que muy pocos americanos promedio conocen la legislación de derechos de autor. Por ello, realizar un cálculo tan detallado había rebasado los parámetros de daños hacia la disquera. 

En Marzo de 2012, se hizo un esfuerzo para simplificar el caso tomando en cuenta un jurado menos disciplinado y en una relación razonable con la causa del juicio.

En junio de 2012, se presentaron los argumentos finales ante 3 jueces que participaron conjuntamente para evaluar los detalles del caso.

Finalmente, el 11 de septiembre de 2012,  la Corte del distrito presentó la cifra final que Jammie debería pagar... $222,000 dólares.

Los abogados de Jammie, intentaron cambiar el efecto punitivo por fallas de la Cámara de Jueces, más la Suprema Corte lo rechazó.

Conclusión

En Marzo de 2013, Jammie Thomas-Rasset, madre de 3 hijos, se declaró en banca rota ante el estado debido a la cifra de $222,000 dólares a nombre de Capitol Records. La RIAA no había recibido pago alguno hasta Abril de 2015.

Ninguno de los 17 artistas "afectados" (Aerosmith, Bryan Adams, Def Leppard, Destiny's Child, Gloria Stefan, Goo Goo Dolls, Green Day, Guns N'Roses, Janet Jackson, Journey, Linkin Park, No Doubt, Reba McEntire, Richard Marx, Sara McLachlan, Sheryl Crow y Vanessa Williams) se ha pronunciado por el hecho. 

Posiblemente ni siquiera se hayan enterado que una de sus canciones, ha servido para llevar a la bancarrota a una mujer de 37 años en Minnesota. Y tal vez sea simplemente, porque bajo contrato, ni siquiera ellos podrían hacer algo por sí mismos.

En México estamos años luz de este tipo de gestiones. Pero que hay de los derechos de ejecución que ejercen los grupos musicales, los covers, las recopilaciones de éxitos, los "fusiles" y demás prácticas que son detectables como la payola. 

¿Qué pasaría si un día te detuviera un agente de la PGR, porque quiere la factura de tu servicio de descarga?

Rafael Mendoza produce en Ad Libitum
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