lunes, 3 de junio de 2013

Analfabetismo musical: Verdad o mentira



Analfabetismo musical

Verdad o mentira


Todos sabemos que para hacer música, sólo basta un popote, una hoja de árbol, nuestras palmas y en algunas veces hasta hacer sonidos con las axilas.

Actualmente comparamos todo aquello que consideramos arte contra lo que parece no serlo, cuando ambas provienen de un estímulo diferente.


El reggaetón ha sido comparado en las redes sociales con partituras de Mozart y es obvio que esta comparación es injusta para ambas partes.


Por un lado, están realizados por gente que no tiene la preparación musical suficiente para comprender que la complejidad de Mozart provenía de una época donde precisamente, a este autor se le juzgaba de igual manera que a Daddy Yanqui.

Clásico VS Música Popular

Aquí llega el momento de reaprender conceptos y abrir nuestra mente a una realidad aplastante.
Dicen que la historia siempre está contada desde la perspectiva del triunfador... en la música no cambia.
 
El término clásico en la música, tiene que ver más con una interpretación elitista (si, en la música también hay clases) conceptual.

La "gente de buen gusto", denominó a la complejidad y desarrollo artístico basado en conocimientos  como "clasica", para diferenciarla de la música "popular" (otro concepto creado por la misma élite).

Esta percepción tan pobre de lo que culturalmente implica la música, crea un divisionismo del que nunca se puede salir o quedar en medio.

Actualmente, en una reunión, cuando preguntamos a alguien que conocemos, que tipo de música le gusta escuchar, generalmente responde "un poco de todo", por miedo a no encajar o compartir que es fiel al hip hop en un espacio donde los hipsters hablan cada 5 minutos de la diversidad sonora que provee Björk.

Educación Musical o Músico Educado

En México, los programas de la SEP incluyen en la educación musical, las capacidades interpretativas a través de juegos, cantos y elementos básicos de la rítmica. Pero ninguno provee el aprendizaje de la lectura, escritura y principalmente la importancia del desarrollo de ideas musicales propias.

De esta forma, el alumno queda aislado del trabajo creativo, mental y físico que requiere un músico para interpretar una pieza tan sencilla como Minueto en Sol de Bach o siquiera la complejidad rítmica del "Son de la Negra".

Tampoco profundiza en las raíces artísticas y culturales de su país. Entender las bases culturales a través de la música, significa una interiorización de valores en identidad.

Baste ver en los festivales infantiles, cómo se prefiere poner una actividad con trajes de princesas y abejitas con el fondo de la música de "Bajo el mar" a utilizar una canción tradicional infantil como "La Cucaracha" porque " esa nomás sirve en el 20 de Noviembre".

El concepto de la "buena música"

El analfabetismo musical es la causa de esta y otras impresiones sobre lo que es música buena.
Para muchos, la buena música es la que le gusta, pero este gusto tiene que ver más con un fenómeno de multitudes que por gusto propio.

Hace poco escuché en una conversación decir a una joven que la música que aparece en la radio es la mejor, porque si no fueran buenos no estarían en ella.

Los medios se aprovechan del analfabetismo musical para mantener un círculo creativo, muy vicioso y venenoso para quien defiende la idea que tal o cual género son los reyes de la música.

Por ello cada vez más televisoras expanden sus redes sobre la música, es un negocio redondo en el cual hasta la voz grabada de un personaje muerto (Selena, Jenny Rivera, Michael Jackson) es más rentable 3 metros bajo tierra.

Conclusión
En este primer acercamiento al analfabetismo musical, los invito a pensar por un momento si posee usted el criterio para evaluar el peso de una obra a partir de los conocimientos que le han impartido en su educación.

 La educación privada también sufre de este proceso porque sigue el criterio de la SEP para obtener la licencia de proveer educación. En estas escuelas se promueven los talleres culturales como opciones "gratuitas" porque casi nadie las pide.

Esto contribuye a un "abaratamiento" cultural que contribuye a largo plazo, a la crisis creativa y cultural que tanto daña a la audio producción.

Seguir la corriente tampoco es una opción, porque aunque Daddy Yanqui tampoco posea la capacidad musical, creativa o facultativa para crear un tema musical, no significa que dentro del género no exista un músico preocupado por utilizar las técnicas musicales avanzadas para darle un nuevo enfoque.

No los vemos porque para la disquera, lo que las masas piden, es lo que hay que venderles. Y si las masas son analfabetas, entonces estos nuevos genios musicales están en desventaja.

Cierro con la frase, las masas tenemos la mala música que nos merecemos... y la élite también es un mercado de masas... lo clásico y popular son un mismo ente... música... y nuestro crecimiento como personas debe incluir a partir de hoy, entender el bello mecanismo de la musicalidad.

Gracias por leernos..

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Seguimos mañana...

Rafael Mendoza
Productor en Ad Libitum Estudio
blog@adlibitumestudio.com





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