martes, 11 de junio de 2013

Decálogo para el Equilibrio del Ingeniero en Audio


Decálogo para el Equilibrio del Ingeniero en Audio

10 formas de aprovechar su trabajo al máximo


El ingeniero en audio en estos tiempos piensa que debe ser todólogo para agradar al público que reconozca su trabajo. El cliente cree por el contrario que siempre tiene la razón, aunque siempre es consiente que no conoce el trabajo del Ingeniero a profundidad.

Estoy seguro que muchos "clientes" al leer esto, pensarán que un profesional es quien accede a todas sus peticiones y que nuestro punto de vista no es nada comercial. Efectivamente, simplemente queremos que comprendan mejor el trabajo real del ingeniero en audio. Comencemos.

Decálogo para el equilibrio del Ingeniero en Audio


Aceptar sus habilidades y capacidades reales : Un ingeniero en audio que no sabe para qué es bueno, no puede asegurar que es bueno para todo. Si sabes hacer tamales de dulce, no dudo que hagas los mejores, pero por favor; no intentes hacer tamales de chocokiwi. Si nunca has grabado una balalaika, explícale al cliente que no lo has hecho nunca, pero que harás tu mejor esfuerzo por obtener el sonido que busca. 

Reconocer la capacidad del cliente: El cliente no tiene la razón porque simplemente no es el experto (a menos que tu cliente sea un productor reconocido). Si consideras que el cliente no tiene los elementos para comprender tu trabajo puedes decidir no trabajar con el. Es mejor equilibrar tu creatividad que perderla ante alguien que no va a valorarla.

Actualizarse en conocimientos: Actualizarse no es sólo saber un poco de todo, sino especializarte en el uso, técnicas, herramientas o práctica de tu especialidad. Si buscas marear a alguien con el clásico "hasta waffles hacemos", lo único que estás permitiendo es hacer menos tus conocimientos reales. 

Encender alarma cuando se necesite: Para el cliente, más rápido es mejor. Pero cuando las cosas van mal, normalmente buscan a quien culpar por su falta de conocimiento, tacto, planeación y organización. 
Si sabes que algo causará problemas más adelante, debes decirlo en el momento.

No ceder a la tentación a cambio de tu prestigio: En México, el ingeniero en audio no existe, simplemente porque no hay un reconocimiento oficial para nuestro trabajo. Cuando llevas años en esto y sueltas tus conocimientos o aprendizaje a cambio de realizar trabajo que no harías porque sabes que no es lo correcto, entonces NO LO HAGAS. Cuando el gremio se queja de los bajos costos que existen, no se dan cuenta que con esta práctica son los primero que han promovido este problema.

Fraternizar con el cliente sin caer en excesos: Clásico, se termina un proyecto, se alegra todo mundo y para celebrar todos se van a las chelas o los tragos de felicitación. Pero tu forma de beber se despliega ante la camaradería y acabas medio muerto a las 4 de la mañana en la casa del bajista porque no encontraron forma de llevarte a tu casa. Con esta práctica, tu experiencia, tu profesionalismo y tu reputación como profesional, quedan tirados en el suelo como la caguama que ya no te acabaste.

Mentir por tus errores: Cuando un proyecto no va bien, por la razón que sea y se complica con la pérdida de datos, daño a los proyectos o una falla que no tuviste cuidado de revisar, es mejor informar al  cliente de la situación. Acepta que el error fue tuyo, pero que estás dispuesto a repararlo en la mejor forma posible. El cliente agradecerá más tu confianza y comprenderá si se pone un momento en tus zapatos. Si después descubre que le mentiste, entonces cualquier proyecto que emprendas con él, estará en vigilancia constante. 

No haces milagros, pero tampoco eres Dios : Hay colegas que no aprenden todavía una ley universal. Siempre habrá alguien mejor para lo que haces. Las quejas comunes contra el cliente siempre son para minimizar las capacidades o falta de ellas ante un proyecto. Protegiendo tu inseguridad, utilizando términos que el cliente no va a comprender no te hace más inteligente. Y es poco ético.

La experiencia no se acaba en un proyecto: Cuando termines un proyecto, acostumbra hacer una bitácora de problemas. Analiza que hiciste bien y que hiciste mal. Como mejoraste tu comportamiento personal, o resolviste una discusión entre músicos. Todo sirve.

La vida personal también es importante: Tengo muchos amigos que han entregado su vida a este bello arte, pero también su hígado, riñones, pulmones, corazón y en algunos casos hasta cerebro. Vivir por el arte no es abandonar tu vida a merced de algo, este arte es noble y complejo. 
A veces requerirá que mates neuronas durante una semana. 

Si eso te está pasando en este momento, es tiempo de dejar esta práctica y vivir en armonía con todo lo que te rodea. La familia, la esposa, los hijos, la novia, son seres que te acompañan para equilibrar tu vida. Es absurdo que rompas ese equilibrio para sentirte mejor ingeniero. Los mejores Ingenieros son más creativos, profesionales y reconocidos. Y lo han logrado a base de equilibrio en sus vidas.

Pon en práctica este decálogo inmediatamente. Sin cuestionarlo. Analízalo. Y si encuentras algo mejor, cuéntalo... El gremio te lo agradecerá. Seguimos en contacto.

Rafael Mendoza
Productor en Ad Libitum Estudio
blog@adlibitumestudio.com


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