martes, 24 de junio de 2014

Zappa y la cruzada anti-censura...




El 19 de septiembre de 1985 (el mismo día del temblor en México), Frank Zappa se presentó en el Comité de comercio, tecnología y transporte en el Senado de Estados Unidos, vestido de traje negro, pelo recortado y un desafío que ningún músico ha presentado.

La Parent Music Resource Center (PMRC), es una organización fundada por la esposa del senador Al Gore y otras esposas de políticos, escudadas bajo la preocupación de los mensajes y letras de los álbumes de la época.

En aquel entonces, el rock pesado estaba en su apogeo underground, debido a que las iglesias cristianas dominaban el panorama ético y social de Estados Unidos. Acusados de ser satánicos, responsables de suicidios en adolescentes y marcados como una agresión a las buenas costumbres de los Estados Unidos, los rockeros y artistas radicales se vieron de pronto ante la presión de poner en las tapas de los discos, etiquetas que previnieran o censuraran las palabras, imágenes fuertes y clasificaran al igual que en las películas los contenidos de los discos.

Para Zappa, esto significaba una medida que abriría la puerta a la censura en todos los niveles. El argumento principal de la PMRC, era que los niños no deberían tener acceso a la música con contenidos de tipo sexual y que trastocaran los valores religiosos. Que no deberían escuchar música rock hasta tener cierta edad y que los padres pudieran evaluar las peticiones de sus hijos basados en una etiqueta que se los informara.

Zappa hizo su alegato principal cuando pudo exponer en el Senado su punto de vista:

"La propuesta del PMRC es un disparate malintencionado que falla en su intento de beneficiar a los niños, infringe las libertades de las personas que no son niños, y que promete mantener los juzgados llenos durante años interpretando y ejecutando los problemas inherentes a la propuesta. Yo tenía entendido que, en leyes, al decidir sobre enmiendas se debe optar por las menos restrictivas. En este contexto, las demandas del PMRC son el equivalente a tratar la caspa decapitando... 

El establecimiento de un sistema de clasificación, voluntaria o no, abre las puertas a un desfile de programas de control de calidad basado en cosas que no gustan a algunos cristianos. ¿Qué pasa si el próximo puñado de esposas de Washington pide una enorme 'J' amarilla en todo el material compuesto o tocado por judíos, para salvar a los indefensos niños de la exposición a la doctrina sionista?"...

La Senadora de Florida, Paula Hawkins, le preguntó sobre el tipo de juguetes que les daba a sus hijos y que por algo los juguetes estaban reglamentados por edades.

Zappa nunca aceptó como válido el argumento, diciéndole que una etiqueta no medía el coeficiente intelectual de sus hijos, ni de ningún humano. Que esas atribuciones no le correspondían al Estado, sino a los padres evaluar si sus hijos tienen o no los criterios adecuados para evaluar.


Frank Zappa nunca dejó que el sistema le hiciera su juego. Sacó a sus hijos de las escuelas basadas en la educación del Estado y los educó en casa. La alerta que Zappa estaba encendiendo tenía que ver con el criterio de unos cuantos sobre el trabajo de un artista, fuera plástico, músico, teatral, interpretativo o cualquier manifestación artística posible.

La victoria del sistema

Poco después de esta reunión, la PMRC trabajaría en conjunto con la RIAA (Recording Industry American Asociation) para implementar la etiqueta Parental Advisory. Según la RIAA, quedaba a título de la disquera decidir si sus productos deberían llevar o no la etiqueta y hacia donde los extendía.

Para Zappa significó una entrega total por parte de la industria ante una liga de mujeres refinadas que deseaban minimizar el impacto de las leyes de expresión en una sociedad conservadora.

El imprimió sus propias etiquetas en sus discos con la siguiente leyenda:

"¡CUIDADO! Este álbum contiene material que una sociedad verdaderamente libre nunca temería ni suprimiría. El lenguaje y conceptos contenidos aquí garantizan no causar tormento en el sitio donde el tío de los cuernos y tridente lleva sus asuntos. Esta garantía es tan real como la de los fundamentalistas que atacan la música rock en su vano intento de transformar América en una nación de estúpidos (en el nombre de Jesucristo). Si hay un infierno, sus llamas les esperan a ellos, no a nosotros."..



Conclusión
En diciembre de 1993, Frank Zappa perdió su lucha contra el cáncer. Su legado musical, sólo es rebasado por la visión libertaria de un mundo artístico libre de censura. Zappa rompió los esquemas de educación artística, cultural e ideológia en un país donde el conservadurismo es la piedra angular de su decadencia. Los tiempos no cambian en USA y se ha trasminado a los países vecinos sus políticas de juicio moral peligrosamente.

Hoy más que nunca necesitamos músicos con visión abierta y conciencia social. Menos copias de la industria norteamericana y más música que proponga cambios de fondo a una sociedad dividida por los recursos económicos y el acceso a las tecnologías..

Rafael Mendoza escucha a Frank Zappa en Ad Libitum
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