jueves, 26 de marzo de 2015

Music Network Company: 3 circunstancias que lo hacen posible



No hay mal que por bien no venga, dice el conocido refrán... Día tras día en México somos testigos de inumerables injusticias a todos niveles. En tiempos difíciles perseguimos la verdad y pocas veces encontramos la respuesta a problemas complejos. 

Sin embargo, este blog refleja una triple realidad que me gustaría dejar para la reflexión de todos los que integramos la industria de audio producción, a mis amigos músicos y al ciudadano que todos los días transita el correr de las horas en busca de mejorar nuestro espacio social.

La tentación: Music Network Company

Hace unos días me encontré en las redes sociales con una invitación a visitar el sitio de Music Network Company. Su propuesta de ganar dinero basados en la unión del Network Marketing (Sistema Multinivel) y la distribución digital parecía interesante para el ojo común.

Era imposible hacerme las preguntas comunes... ¿Cómo manejan su sistema de distribución digital?... ¿Una plataforma mexicana?... ¿Derechos de autor comercializables online y su propio sistema de regalías?... ¿Quienes lo impulsan?.. ¿Que escala tiene?...

Ante las realidades de los nuevos sistemas de streaming como Spotify, YouTube Music, iTunes o SoundCloud, esta posibilidad de un as bajo la manga se veía poco real. 

Hice algunas preguntas clave a los participantes, a los moderadores y las respuestas acrecentaron mis dudas. En realidad, se trataba de la confirmación a la que me temía. 

Los videos, las promociones, las conferencias, todo era simplemente un pretexto para sacar 35 dólares de la bolsa de personas con ámbitos de mejorar su forma de vida.

Una gran parte de ellos eran músicos mexicanos, argentinos, peruanos, puertoriqueños, guatemaltecos y hasta españoles. La plataforma vende crecimiento personal, económico y artístico. Un coctel difícil de rechazar.

Decidí tomar una postura ingenua de la situación y me propuse investigar a fondo el sistema de operación de los sistemas multinivel.

Encontré que la Norma Oficial Mexicana NOM-035-SCFI-2003 es la encargada de regular estos sistemas, los requerimientos para su establecimiento y operación en el país. Lo contrasté con la información ofrecida por el sitio web y lamento decir que casi nada se cumplía en este sitio.

Entré a las conferencias, escuché los argumentos, hice preguntas y registré alta en el sistema. 

Era el principio de una búsqueda que me llevaría a grandes revelaciones profesionales, personales y sociales.

El hueco legal: Las esposas de la Justicia sobre su misma autoridad

Mi primer reacción fue difundir la información de forma objetiva, pues en mi formación periodística se me ha inculcado que se deben presentar los hechos tal cual para que sean evaluados por la opinión pública. Escribí algunos textos, después pensé en un guión y un programa. Había mucho material y seguía obteniendo nuevos enfoques con cada lectura.

La investigación me llevó a preguntar a la PROFECO, cómo se podría prevenir que este tipo de plataformas se aprovecharan de la falta de información. Los operadores telefónicos acabaron soñándome seguramente. 

En resumen, cuando una empresa no cuenta con un domicilio, razón social o representante legal en el país, es imposible iniciar una queja o denuncia. 

El sitio de la PROFECO no cuenta con materiales informativos sobre los sistemas multinivel. Y si los hubiera, no están a la mano del usuario promedio que a duras penas consigue ingresar a su plataforma visualmente estéril. 

Escribir a Twitter y obtener respuesta tardó 24 horas aproximadamente. Facebook respondió tardíamente solicitándome información por inbox.

Uno de los operadores se compadeció de mí y me dijo que lo único que se le ocurría era denuncia ante la Policía Cibernética y me dio un teléfono donde nunca se respondió mi llamada.

Entré a la plataforma en Facebook para solicitar información al respecto. La respuesta tardó 48 horas.

Una llamada al centro operativo me confirmó que habían visto mi pregunta, pero que una investigación se ordena a partir de una revisión previa y que si no se encuentran inconsistencias entonces no procede. Nadie más me ha contactado para verificar siquiera si he sido atendido.

Realidad cultural: La esperanza muere al último...

Mi primer reacción ante la forma en que se proyecta el servicio ofrecido fue de precaución, puesto que conozco los sistemas multinivel que en realidad son pirámides, en los que se ofrece un producto o servicio, diferencia que transforma en acto legal los sistemas piramidales como Herbalife, Avon y Jafra.

La respuesta no se hizo esperar. Por inbox, personas que se dijeron músicos ya integrados al sistema, me quisieron explicar con lujo de detalles los beneficios de esta nueva plataforma, que revolucionaría el sistema de distribución digital en latinoamérica. 

Que mi percepción estaba totalmente errónea y hasta me re dirigieron a la información de Wikipedia sobre los sistemas multiniveles. Está de más decir que se nota la manipulación informativa de esta sección de la enciclopedia electrónica.

Enviaban artículos de sus principales exponentes sobre los sistemas multinivel como Robert Kiyosaki (quien recientemente hizo entrar en bancarrota a su empresa Rich Global LLC por $24 millones de dólares http://www.forbes.com/sites/helaineolen/2012/10/10/rich-dad-poor-dad-bankrupt-dad/) y alguno me dijo que Steve Jobs había trabajado secretamente en un sistema multinivel que impulsaría a Apple a dominar la economía mundial, pero que el cáncer no lo había dejado terminar su obra.

La gente en los foros participantes, músicos, cantantes, grupos musicales me señalaron directamente como una persona poco positiva (eso lo dicen mis amigos desde hace años), que lo único que buscaba era someterlos a las formas del monopolio musical y que era mi desición perderme la revolución que se venía, porque juntos eran imparables.

Les hice preguntas clave sobre Derechos de Autor, sistemas de regalías y sólo uno de entre 20 me dijo que los Derechos de Autor se pagaban en Indautor, pero que nunca había hecho el registro.

Conclusión

Podemos pasarnos el día entero hablando de los sistemas multinivel y la forma en que obtienen recursos directamente del bolsillo de quienes creen sus argumentos. Esto aunque ustedes no lo crean es legal, porque no están sacando el dinero de ninguna cuenta o forzando a nadie a que deposite en sus cuentas bancarias. Así que si tu me das 15 pesos o dólares, no hay ley que proteja esa "buena voluntad".  

La Profeco no puede actuar ante una situación de estas porque persigue empresas constituídas y bajo algunos casos a quien ofrezca un bien o servicio. Pero falla en la difusión de prevención y campañas de información sobre este tipo de temas. Tiempos de respuesta lentos y que no llevarán a ningún tipo de ejecución legal.

La Policia Cibernética tal vez tenga cosas más importantes que hacer en la búsqueda de delitos y puede ser que no existen protocolos que impulsen a rastrear este tipo de prácticas, donde se utiliza la emoción más que la razón para obtener dinero fácil.

Lo más doloroso de este asunto, es reconocer que una gran parte de las políticas culturales del país, la educación, la ignorancia de su mercado económico y la falsa percepción de éxito, invade al sector musical como fuente creativa en México. 

Es tiempo de hacer un llamado como sociedad a replantearnos los objetivos reales de un cambio transitorio en defensa de la ética profesional y el compromiso desde cualquier trinchera por difundir la información necesaria sobre cualquier campo.

¿Porqué nos importa si los músicos quieren o no perder sus 35 dólares de inversión inicial en un sistema multinivel como Music Network Company?

Tradicionalmente los mexicanos tenemos una afición y placer por la música que en otros países no se cuenta. 

Los músicos proveen la materia prima que hace caminar a la industria musical.

Sin creatividad, las consolas de los estudios no se encienden, las computadoras no graban, los diseñadores gráficos no generan impacto visual, los managers no pueden dirigir, los agentes de booking no pueden buscar espacios, las tiendas de instrumentos y equipo no venden, no se compite por nuevos géneros y mercados, se pierde el empleo del vendedor, del cajero, del mensajero... y la cadena sigue.

En algún momento clave descubriremos que un músico prominente se sintió defraudado por un sistema online multinivel, se dio cuenta que las autoridades no pudieron hacer nada, que no hubo quien le tendiera la mano legalmente y lo previniera... 

Y se sintió tan solo, que prefirió vender su instrumento y dejar de producir música que moviera al mundo...

Rafael Mendoza produce en Ad Libitum
Suscríbete, comparte, participa, danos like y g+
blog@adlibitumestudio.com


0 comentarios:

Publicar un comentario