martes, 28 de enero de 2014

Himno Nacional Mexicano: Regalías al extranjero




Hace un rato que escribimos sobre la importancia del Derecho de Autor.

Recuerdo que hace un tiempo me enteré de que el Himno Nacional Mexicano, carecía de autoría en suelo mexicano.

Hoy en un foro de Facebook se tocó el tema sobre una nota en broma sobre un nuevo Himno Nacional Mexicano.

No me gusta intervenir el nacionalismo, ni voy a dar una lección de civismo por este asunto. Simplemente me sirve de ejemplo sobre la importancia de la protección de derechos a nivel nacional e internacional.

El hecho confirmado

En 1999, Gabriel Larrea Richerand, Presidente del Instituto Mexicano de Derechos de Autor en aquel entonces, descubrió que una editora estadounidense, podía cobrar las regalías sobre el Himno Nacional Mexicano.

Larrea menciona en un artículo para el Universal fechado el 15 de Septiembre de 2004
( http://www.eluniversal.com.mx/nacion/115679.html ), que un día se presentó Henneman Harry, con registro CAE 99999960 de la BMI (Broadcasting Music Incorporated) a cobrar las regalías correspondientes en la Embajada de México en Washington.

De acuerdo a las instituciones en derechos de autor norteamericanas, Henneman (también conocido como Hill Phil), registró el himno en la editora Edward B. Marks Music Company, como una co-autoría "Henneman Harry- Nunó Jaime".

Adolfo Montoya Harkin, Director del Instituto Nacional de Derechos de Autor declaró en ese momento que los hijos de Jaime Nunó vendieron los derechos de la música pero no de la letra.

Larrea mostró entonces un recibo por 14 dólares de cobro en regalías de 1996 a 1999.


Conclusión

Los derechos de autor en México siguen siendo desconocidos para la mayoría. Casos de disputas entre artistas son bien conocidos en el ámbito público, pero cuando trasciende a una obra de tipo institucional como el Himno Nacional Mexicano, significa que hay mucho por hacer.

A la fecha ninguno de los dos países en disputa ha querido tocar el tema y negociar en base a ello.

Nunó tuvo una oportunidad de legar a sus hijos un bien denominado música a su muerte en 1908. Pero en esa época, los cambios políticos de la nación no estaban como para tomar en serio esta situación.

No podemos juzgar a sus hijos de vender los derechos, puesto que eran una pertenencia válida y reconocida por el Estado.

Hace falta crear legislación que proteja no sólo los derechos de autor, sino aquellos cuyo valor histórico y cívico pueden representar a un país. Y no me refiero solo a los himnos, sino a la música yaqui, otomí, mazahua, huasteca o de cualquier país que contribuya a la identidad de un pueblo.

Rafael Mendoza produce y registra sus temas la SEP , produciendo en Ad Libitum
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